Atrás quedan aquellos años en los que el motion graphics era un plus al alcance de unos pocos. Ha llegado el momento en el que prácticamente todo puede cobrar vida, el momento en el que se crean motion graphics sencillos para mezclar diferentes elementos/técnicas audiovisuales (imagen, dibujos, letras, textos, audios…).
Y todo empieza a cobrar vida
Hoy en día, podemos ver motion graphics por todas partes, muchas veces en formato vídeo, pero no únicamente: vemos logotipos animados, iconos que ejercen la acción que representan, cabeceras orgánicas, patterns animados…
El motion graphics ya no es una técnica/disciplina relegada a ser utilizada para demostrar cómo funciona un producto o cómo se lleva a cabo un servicio: se ha convertido en una herramienta de definición para todo aquel que necesite darse a conocer y transmitir quién es. El motion graphics tiene la capacidad todopoderosa de plasmar el ADN, es toda una forma de expresión: es arte en movimiento.
El motion graphics sigue una evolución constante, no se para de mover (nos hemos tragado a un payaso) empujado por las últimas tendencias en diseño, todas las innovaciones que se van sucediendo a nivel tecnológico y los nuevos usos y costumbres de las audiencias a las que queremos alcanzar.
Esto tiene una razón de ser que se remonta a los “señores” cubiertos de pelazo que tiran huesos al aire con música increíble de fondo.
El 70% del ancho de banda que consumimos navegando por Internet está dedicado a la visualización de vídeos
Veamos. En el juego de la seducción influyen varios factores. Tiene que haber predisposición, ganas de ser sorprendido, capacidad para leer e interpretar señales y la osadía de participar y lanzarse al juego del amor. Lo que cae por su propio peso es que hay ciertos movimientos clave que despiertan todas las alertas de nuestros radares: un divertido paso de baile, un contoneo picarón o ese gesto estudiado que dispara flechas directamente al centro de nuestro de nuestro corazón.
Y es que estamos programados para captar y decodificar el movimiento. Cuando algo desfila delante de nosotros, aunque sea por fracciones de segundo, enciende los mecanismos de nuestros sensores, y nuestras pupilas se amplían y centellean igual que las de un Neanderthal al acecho de un bisonte.
Todo está en constante movimiento. Viajamos sobre una canica llamada Tierra que se mueve por el espacio cósmico a la friolera de 28,9 km/seg. Y nosotros sin despeinarnos (sin inmutarnos, en caso de alopecia incipiente). Eso es porque el movimiento es intrínseco a nuestra naturaleza, a nuestras vidas y, por tanto, es irremediablemente inherente a nuestra cultura. Algo así, no podría no pasar por las manos de Vasava.
El 70% del ancho de banda que consumimos navegando por Internet está dedicado a la visualización de vídeos: servicios de streaming, contenidos en Redes Sociales, memes, publicidad… Adorables gatitos, caídas idiotas, el reto viral de turno…
El futuro es audiovisual o no será
Es innegable que el futuro será audiovisual o no será. Las marcas no son ajenas a ello y ya han entendido que o se suben al autobús del progreso o no conseguirán salir nunca de la aldea en la que a veces viven (con todo el respeto por el mundo rural).
Las marcas se enfrentan constantemente al reto de ganarse la atención del consumidor. Las audiencias están cada vez más inmersas en un universo plagado de estímulos y mensajes. Cautivarlas para establecer relaciones auténticas y duraderas, sólo será posible a través de contenidos relevantes, diferenciales, creíbles, honestos y personalizados.
Las marcas (o cualquiera que quiera seducir a una audiencia) deben apostar por dar un salto cualitativo. Se trata de identificar y poner en práctica una nueva dimensión del relato, de descubrir nuevas formas de contar historias en la que los productos y servicios deberían estar dotados de una identidad propia, rodeados de experiencias que permitan a la audiencia viajar y disfrutar de ellos, y establecer vínculos reales con la marca.
En este punto, el conocimiento de la audiencia es vital. Para ello, es vital analizar previamente la información, escuchar de manera más genuina los deseos, preocupaciones y creencias de la audiencia e interiorizar sus actitudes para adaptar el mensaje al individuo.
Esta personalización y contextualización del contenido facilitará una conexión de afinidad con los usuarios. Y si realmente la comunicación de marca logra cautivarlos y apasionarlos con su mensaje, los usuarios pasan a convertirse en “embajadores”.
Si aún no te has convencido de la tiranía del vídeo y del movimiento, te dejamos otro dato: los usuarios, de media, pasan 6 horas y 45 minutos a la semana viendo vídeos*.
Vasava también se mueve. Hemos interiorizado estas tendencias y las hemos asimilado, hasta tal punto, que ya forman parte de nuestro ADN.
Definitivamente, sabemos expresarnos a través del movimiento. Y podemos asegurar que nadie en el equipo es breakdancer.
*The state of online video 2018. Limelight.
Motion graphics
Motion graphics es la disciplina audiovisual que lleva el diseño gráfico a la línea de tiempo. Es decir, el motion graphics coge las herramientas visuales propias del diseño gráfico, tales como la tipografía, el color, o la infografía, y las lleva al lenguaje cinematográfico para que convivan de forma armoniosa con movimiento, cadencia, montaje, VFX, simulaciones, efectos sonoros, sound design…
Motion graphics es lo que ves cuando comienza tu programa favorito y te invita a sentarte en el sofá para disfrutar cómodamente del show. Esos rótulos que te indican secciones. Los nombres de los participantes en un debate (los dichosos chyrons) también son motion graphics.
Los motion graphics generan identidad. Eso es lo que hicimos cuando creamos la identidad visual de Late Motiv, el late night de Andreu Buenafuente para #0 de Movistar+. O lo que hicimos también para LocoMundo, conducido por Quequé en el mismo canal, o para Està passant i La Nit dels Òscars en TV3, Televisió de Catalunya.
El motion graphic, lo mismo sirve para hacer los títulos de crédito de la serie que no vas a poder dejar de ver aunque sean las 3 de la madrugada, para ayudar a la mujer del tiempo a decirte si debes o no coger paraguas al salir de casa, como para hacer una animación tipográfica cinética que te abra la boca como al león de la Metro.
El movimiento es un mensaje en sí mismo
Este movimiento se traslada luego a piezas de vídeo (como veíamos antes, es donde el futuro está quedándose a vivir) pero también a cualquier formato al que, imprimiéndole movimiento, podamos dotarle de otra forma de expresión.
Consideramos que el movimiento en sí es un mensaje, así que las variables posición, velocidad, forma y escala son términos que nos esforzamos en cuidar hasta la extenuación.
La animación es el arte de dar vida a los dibujos y/u objetos inanimados en general (lo de “los dibujos animados” es literal 100%). La animación es una disciplina artística y de comunicación que hace posible lo imposible y, encima, logrando que todo parezca verosímil.
La animación es un alimento vital en la nutrición de nuestra imaginación: narraciones e historias llegan a nuestra cabeza y la hacen trabajar como pocas disciplinas pueden lograrlo (no nos olvidemos de cuán lejos nos puede hacer volar un libro sin tener que sufrir por el miedo a las turbulencias).
En Vasava trabajamos tanto animación en dos dimensiones (2D) como en tres dimensiones (3D).
La cosa se anima
La animación 2D, independientemente de si es generada por ordenador o, por el contrario, de manera “tradicional”, se caracteriza por ser una sucesión de fotogramas que producen la ilusión de movimiento a partir de diversas técnicas artísticas sin recurrir a la utilización de espacios tridimensionales.
Es el caso, por ejemplo del Cell Animation. Esta técnica parte de realizar un dibujo por fotograma para los personajes. Los fondos se realizaban a parte generalmente en gouauche o acrílicos. Los dibujos del personaje realizados por los animadores se entintaban sobre acetatos o cells, una lámina de plástico de Nitrato de Celulosa, y se coloreaban con goauche o acrílicos. Luego para fotografiarlos, se usaba una cámara especial de animación llamada Rostrum, en la que se superponen los diferentes acetatos, colocando el escenario abajo del todo. Actualmente, el proceso se genera con tableta gráfica y difitalmente, pero el proceso sigue siendo “igual de artesano” y con resultados en los que se mantiene el mismo look final.
Dibujo a dibujo, fotograma a fotograma… Es la Joya de la Corona de la animación por lo popular que ha sido antes de que los ordenadores entraran en juego. Con este tipo de animación se consiguen efectos sorprendentes por lo alucinante, expresiva e impactante que puede resultar.
Por Composition creamos escenas apilando capas de contenido visual, vídeo y gráfico. : Se componen escenas complejas que mezclan diferentes medios y consiguen integrarlos y formar un todo.
A través de la animación de puppets, imprimimos movimiento a personajes creando rigs o esqueletos de animación. Es el método con el que conseguir resultados óptimos si lo que nos ocupa es la creación de personajes no realistas.
La Rotoscopía es una técnica de animación muy antigua que consiste en re-dibujar o calcar un fotograma teniendo otro como referencia. Por lo general la rotoscopía suele usarse para re-dibujar vídeos, frame a frame. A partir de metraje de imagen real, la redibujamos con un estilo artístico determinado, más estilizado. Esta laboriosa técnica tiene unos resultados fluidos, bellos y con sus características líneas temblorosas.
En stop-motion se utilizan objetos o materiales reales, físicos, para crear personajes y escenas. Con esta técnica de animación aparentamos el movimiento de objetos estáticos por medio de una sucesión de imágenes fotografiadas.
Las escenas creadas se fotografían. Modificamos levemente la posición y el acting de los elementos que la integran y que están en cuadro. Volvemos a fotografiar. Modificamos de nuevo. Fotografiamos. Y continuamos esta secuencia hasta que la narrativa lo requiera.
Cuando estas imágenes se reproducen a la velocidad de 12 o 25 fotogramas por segundo, surge la magia y se crea la ilusión del movimiento: los elementos y personajes incluidos en la escena cobran vida. Es una técnica minuciosa, que requiere de mucha habilidad, sentido del tiempo y planificación.
3D. La animación generada por ordenador con software de 3D es la técnica que se lleva la palma hoy en día. Son muchísimas sus variantes y aplicaciones porque, con estas técnicas y herramientas, los resultados que pueden conseguirse están en una escala que oscila entre el hiperrealismo y las estéticas más estilizadas y artísticas.
Se trata de una técnica de gran complejidad técnica y con múltiples sub-especializaciones entre las que se podrían destacar la generación de líquidos y gases, las colisiones de objetos sólidos, simulaciones de formaciones o destrucciones, el motion-capture.
Con este tipo de animación a partir de CGI se pueden crear imágenes estáticas y en movimiento muy sofisticadas y coloridas, presentaciones corporativas, product reveals, mock-ups de productos, portadas, cinemáticas de videojuegos y muchas cosas más. El límite sólo lo pone la imaginación.
La animación es una vía fantástica, y cada vez más utilizada, de producir contenido audiovisual. Su capacidad para expresar y crear realidades (“reales” o alternativas), la convierten en un instrumento narrativo muy poderoso, en una alternativa real para contar historias y conectar con audiencias de todo tipo, seas una marca, un director de cine o un cuentacuentos.